[dropcap]E[/dropcap]xplosiva. Inesperada. Sugerente. Sexy. Depresiva. Resucitada. Todo ello es al mismo tiempo Cara Delevingne, la modelo más requerida del momento, quien en una larga entrevistas con la revista Esquire mostró sus lados más íntimos y oscuros, además de mostrarse totalmente desnuda. Bajo el título «Todos quieren a Cara», la edición de septiembre de esa revista la muestra tal cual es.
Identificada como «la nueva Kate Moss«, Delevingne no es una modelo convencional. No es una fanática de la ropa, y no considera que tiene una belleza única, como sí lo cree el resto del universo a su alrededor. Siempre se sintió un «pequeño Gremlin«, esa criatura cinematográfica monstruosa de los 80 que se reproducía de manera exponencial aterrando a poblaciones enteras. «Modelar no es algo que ame. Nunca fue una pasión«, sintetiza.
«En una lista de cosas importantes para mí, la ropa están muy abajo. Nunca gastaría mucho dinero en una cosa. Creo que es ridículo«, indica en su entrevistas con la reconocida revista. La mujer cuyo rostro y cuerpo puede vender lo que sea -es modelo de Tag Heuer, Chanel, Tom Ford, Rimmel, Burberry, Fendi, La Perla, Saint Laurent y H&M– se muestra ante la lente del fotógrafo desnuda, como cuando paseó en un parque público sin nada de ropa. «Era verano«, bromeó.
Su vida familiar no fue fácil. La íntima relación que mantenía con su madre, adicta a la heroína, la sometió a una profunda depresión. Cuando era pequeña no entendía que significaba esa palabra. Creía que era un juego de «héroes y heroínas«. En sus años de adolescente, todo cobró sentido. «Comencé a lidiar con la depersión cuando tenía 16, cuando todo lo de mi familia comenzó a tener sentido y salieron a la superficie. Soy muy buena reprimiendo emociones. Cuando era niña creía que tenía que ser buena y que tenía que ser fuerte porque mi mamá no estaba. Entonces, cuando me convertí en adolescente y todas las hormonas y la presión de ser buena en la escuela -para mis padres, no para mí- se produjo un quiebre mental«, recuerda Delevingne.
«Fui suicida. No podía lidiar más con eso. Me di cuenta qué afortunada y privilegiada era, pero todo lo que quería era morir. Me sentía tan culpable por eso y me odiaba por eso… y es un círculo. No quería existir más. Quería que cada molécula de mi cuerpo se desintegrara. Quería morir«, repite la bellísima modelo nacida en Londres de 23 años.
Cara debió dejar el colegio durante seis meses, pero se negó a ser hospitalizada para ser medicada. «Hasta los 18 era insensible. No sentía una mierda. Era horrible. Era como una sociópata«, dice, y asegura odiar los medicamentos, reconoce que tanto a ella como a su madre le salvaron la vida. «Es fácil abusar de ellas«, advierte.
A los 18 años, un día, decidió terminar con las pastillas que tomaba para evitar hacerse daño. Esa semana perdió la virginidad, luego de dos años de no tener ningún tipo de apetito sexual por nadie que se le acercaba. Pero no sólo revivió sexualmente, sino que volvió a tener «sentimienos«, volvió a «sentir«.
Delevingne habla sobre amor. «Cuando encuentras un amor verdadero, ves hacia atrás y ves los otros amores que tuviste y dices ‘oh, eso fue un poco destructivo’«. También habla del inconformismo en el que vive: «Era como ‘ok, si consigo un trabajo de modelaje, seré feliz’. Lo conseguía y no era feliz. ‘Ok, necesito actuar’. Conseguía actuar. ‘Ok, todavía no soy feliz así que necesito otro’. Es buscar constantemente la felicidad fuera de ti, lo que no funciona. Como si toda mi felicidad estaba basada en cuánto estaba trabajando y era un vacío«.
Por último, se preocupa por la actualidad en que viven muchas jóvenes que se inician en la vida de la fama. «Hay tantas jóvencitas que crecen tan rápido, sexualizándose desde tan temprana edad. Todos quieren ser famosos sólo por ser famosos. Todos gastan demasiado tiempo en sus teléfonos. Me deprime tanto«, concluye.