[dropcap]“D[/dropcap]eslumbrante” y “un triunfo” son algunos de los calificativos que ha utilizado la crítica británica para describir la obra de teatro Harry Potter and the Cursed Child (Harry Potter y el niño maldito), que se estrena hoy en el West End londinense y que indaga en la condición de huérfano del mago creado por J. K. Rowling. EFE
Rodeada de secretismo, el Teatro Palace representa esta pieza dirigida por el escocés John Tiffany y escrita por Rowling, cuyas entradas están agotadas hasta mayo de 2017. La obra, que se divide en dos partes de dos horas y media de duración cada una, se sitúa 19 años después del final de la última novela, Harry Potter and the Deathly Hallows (Harry Potter y las reliquias de la muerte, 2007), y sigue los pasos del célebre mago –interpretado por Jamie Parker–, ahora de 40 años de edad, trabajador del Ministerio de Magia y con tres hijos.
El fervor que ha despertado la función es tal que los organizadores anunciaron que pondrán a la venta el 4 de agosto 250.000 entradas más. Estaban siendo revendidas en sitios como Viagogo y Stubhub hasta por 1.000 libras (1.191 euros).
“Para más de 50% de los espectadores esta será la primera vez que acuden al teatro y más de 50% de ellos son menores de 35 años, lo que supone una verdadera evolución para la industria”, señaló la productora Sonia Friedman en una entrevista para The Guardian.
La producción del West End londinense ya ha tenido que soportar comentarios racistas por el hecho de que Hermione Granger sea interpretada por Norma Dumezweni, una actriz negra natural de Suazilandia. La que dio vida a la inteligente y dulce estudiante de Hogwarts en la gran pantalla, Emma Watson, dio sus bendiciones a la intérprete.
J. K Rowling, que ha vendido cerca de 500 millones de ejemplares de la saga en todo el mundo, se propone superar esa cifra mañana, cuando se publicará el guion de la pieza teatral, en lo que supone el primer lanzamiento en nueve años de las aventuras de Harry Potter.