[dropcap]U[/dropcap]n día después de que se publicara que la cantante Lady Gaga y el actor Taylor Kinney habían puesto fin a cinco años de relación sentimental y, por tanto, a su compromiso matrimonial, la artista ha confirmado a través de las redes sociales que sus apretadas agendas profesionales y la distancia que normalmente les separa son los principales causantes de que la pareja haya decidido «tomarse un descanso».
«Taylor y yo siempre hemos tenido claro que somos almas gemelas, pero como todas las parejas, tenemos nuestros altibajos y por eso ahora nos estamos tomando un descanso. Los dos somos artistas ambiciosos, pero hemos tratado de ajustar nuestras carreras y horarios para poder cultivar el amor que siempre hemos compartido. Por favor, sigan apoyándonos. Somos como todo el mundo y nos queremos», escribió la estrella de la música en su perfil de Instagram.
Lo cierto es que sus allegados ya habían alertado de que tanto los numerosos compromisos profesionales de la artista como las interminables sesiones de grabación de la serie ‘Chicago Fire’ protagonizada por Taylor Kinney, los habían puesto en una posición muy difícil en su romance.
«Su trabajo los obligaba a estar separados muy a menudo. ‘Chicago Fire’ hace que él pase mucho tiempo en Chicago, y el trabajo de ella casi siempre es en algún otro lugar», aseguró una fuente a la revista People.
Sin embargo, ambos se encontraban la semana pasada en Los Ángeles cuando Gaga se dejó ver por las calles de la ciudad sin su anillo de compromiso y Taylor, por otro lado, celebraba su 35 cumpleaños rodeado únicamente de amigos, un hecho que no pasó desapercibido para los medios de comunicación ni tampoco para los fans de la popular artista.
El panorama era bien distinto hace solo unos meses cuando Lady Gaga no dudaba en hablar públicamente de la emoción que sentía al estar planeando su esperada boda.
«Nunca quise que mi madre o el resto de mi familia tuviera que organizarlo todo por mí, pero al final he tenido que dejarla que me ayude al menos porque si no me iba a acabar matando. Tampoco sería justo negarle el derecho que tiene como madre a organizar la boda de su hija», confesaba a la misma publicación.