[dropcap]N[/dropcap]o sabemos en qué estaba pensando Rumer Willis, hija de Demi Moore y Bruce Willis, cuando decidió hacerse algunos cambios en la cara que la dejaron con una imagen como si estuviera todo el tiempo asustada.
Rumer asistió a un evento en el Cafe Carlyle en el que hizo un performance, en Nueva York, pero lo que realmente llamó la atención fue su expresión petrificada.
La cara de la actriz lucía extrañamente estirada, haciendo que sus pequeños ojos se vieran más grandes y abiertos. Rumer tiene apenas 27 años, por lo que resulta extraño que haya recurrido a algún procedimiento estético, como un estiramiento facial o inyecciones de botox para cambiarlo.
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El año pasado, ella confesó en una entrevista para Us Magazine que en muchas ocasiones ha sentido que no está a la altura de su guapa y famosa madre, de 52 años. «Me comparaba con ella», reveló.
Confesó además el bullying que sufrió de niña, mismo que le hizo sufrir una gran inseguridad por su imagen y que le hacía estar modificándola constantemente.