[dropcap]K[/dropcap]im Kardashian saldrá de cuentas el 25 de diciembre y a falta de cuatro semanas para EL DÍA, ha revelado a través de su página web que el bebé viene de nalgas. Para quienes no estén muy duchos en cuestiones obstétricas diremos que, por lo general, los bebés suelen encajarse con la cabeza en dirección al suelo pélvico de la madre entre las semanas 34 y 38, y Kim se encontraría en la semana 36. Aunque la empresaria no ha dado más detalles de su estado, sí que ha compartido su preocupación con sus seguidores. “Como estoy despierta hasta tarde, buscando, he leído que realmente se puede dar a luz a un bebé en esta posición, y me siento afortunada de que mi doctor, Paul Crane (por cierto, el mismo obstetra que ayudó a su madre Kris Jenner a dar a luz), sea uno de los pocos doctores que aún domina esta técnica, porque ya no se imparte”, ha escrito en su página web.
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En la medida de lo posible, la estrella del reality quiere evitar una cesárea. “Obviamente, si es una emergencia y la seguridad de mi hijo depende de ello, me someteré a una cesárea, pero si no lo necesito, no”, ha explicado. Mientras baraja todas las opciones posibles y se documenta al respecto, Kim Kardashian está poniendo todo lo que hay en su mano para reconducir a su pequeño. “Me tumbo boca abajo unas tres veces al día durante 15 minutos. Pongo música en la dirección correcta y me pongo hielo en algunos puntos para que se dé la vuelta”, ha admitido. “Incluso lo he intentado con acupuntura y ¡estoy a punto de probar la hipnosis!”.
Comprensible la preocupación de Kim, que se está sincerando públicamente sobre todo lo que rodea a su segundo embarazo. Llegó a describirlo como “la peor experiencia de su vida”, y hace tan solo unos días desvelaba que está aterrada con el parto. También hemos conocido sus antojos, el peso que ha ganado en estos meses y que cree merecer un premio por tanto aguante.