[dropcap]L[/dropcap]a actriz de Kill Bill quería divertirse un rato y eligió las tradicionales fiestas de la Virgen de la Dolorosa en Sevilla, donde encarnó el papel con un profesionalismo digno de su status actoral.
Más allá de la sorpresa que significó reconocer a la musa favorita de Quentin Tarantino, las lágrimas que caían sobre su rostro -parte del disfraz tradicional- coronaron un vestuario «impresionante», según las críticas de los especialistas regionales.
«Con velo, corona e incluso las famosas lágrimas que representan el dolor de la Virgen, hay que reconocer que a la actriz de Kill Bill no le faltaba ningún detalle y, que sin duda, supo hacer una verdadera representación», elogia el sitio es´pañol 20 minutos.
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