[dropcap]K[/dropcap]atherine Oliveira no se rinde. Ella tiene un pie dentro del Miss Venezuela y considera que este es el mejor momento para optar por la corona más apetecida por las chicas venezolanas.
Quizá no tiene la edad que habitualmente tienen las misses en el país, pero considera que la madurez de sus 25 años le servirá para portar dignamente cualquier banda dentro del concurso y alcanzar su meta de representar a Venezuela en los más prestigiosos certámenes internacionales. Ella lo intentó a los 18 años, pero reconoció que a esa edad no estaba preparada para el reto.Ahora viene con todo para obtener el trono.
Es periodista, pero también sabe de repostería. Además de su belleza física, dice que con su pasatiempo ha logrado impresionar paladares. Nació en la capital del estado Miranda y se confiesa adicta al chocolate, aunque por alcanzar su meta de convertirse en Miss Venezuela es capaz de renunciar a él. Solo está esperando que Osmel le dé la oportunidad.
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¿Por qué ir al Miss Venezuela?
Para mí, más allá de un sueño, implica una responsabilidad. Implica la oportunidad de luchar por una corona que luego podría permitirme ser la voz de un país y que me daría la oportunidad de aportar muchísimas cosas interesantes a nuestra sociedad. Siempre quise participar en el Miss Venezuela, de hecho lo intenté en una oportunidad, cuando tenía 18 años. En aquel momento no me sentía preparada, yo me rehusaba a escuchar algo como “Katherine Oliveira, Miss xxx, Bachiller en Ciencias”. No. Yo quería algo más. Sentí que no era el momento, así que decidí continuar con mi carrera y esperar a graduarme y darle tiempo al tiempo. Al terminar mis estudios me fui a México a vivir por 2 años y se me presentó la oportunidad de volver a Venezuela. Fue entonces cuando me di cuenta de que era mi momento, de que ese reto que tanto quería asumir finalmente se presentaría en una etapa mucho más madura para mí.
¿Piensa que el certamen será un trampolín para su carrera como periodista en Venezuela?
Podría decir que sí y no. Sí, porque es evidente que el certamen es un impulso muy grande que te brinda la oportunidad de conocer a muchísimas personas. Sin embargo diría que no porque confío en mis capacidades como profesional y estoy segura de que con esfuerzo podría forjar un camino importante en el mundo periodístico.
¿Es una mujer con convicciones o puede cambiar fácilmente de ideas?
Sin titubeos, soy una mujer con convicciones.
¿Qué la distingue del resto de las chicas que quieren convertirse en Miss Venezuela?
Podría responder mil cosas ante esta pregunta, pero lo que me distingue es la “madurez” con la que llego al concurso, sin tildar la palabra en su perfecto concepto. Para dar una respuesta más amplia me refiero a la experiencia y a la edad con la que asumo este reto. Tuve la oportunidad de estudiar una carrera que me apasiona, tener experiencia en medios y vivir fuera del país en una ciudad maravillosa que me brindó la oportunidad de conocer múltiples culturas. Creo que teniendo la oportunidad de haber escogido el Miss Venezuela hace algunos años, tomé la mejor decisión y esperé el momento oportuno para hacerlo.
¿No teme ser catalogada de frívola por participar en un certamen de belleza como el Miss Venezuela?
Para nada. Esto es un tema con el que debo lidiar y al que debo acostumbrarme. Yo respeto el concepto que tiene cada quien sobre los certámenes de belleza, más aún cuando hablamos del concurso más importante del país; sin embargo, yo apuesto a lo contrario y soy admiradora del trabajo que realiza una candidata al Miss Venezuela. Esto exige una preparación fortísima e integral que da como resultado mujeres maravillosas preparadas para llevar con orgullo a un país entero en su pecho.
¿Una Miss más que solo quiere ser presentadora de televisión?
Rotundo no. Debo confesar que no me gusta la animación.
Si tuviera la oportunidad de hacer algo por el país, una vez que alcance la corona de Miss Venezuela ¿Para usted qué sería lo más importante de cambiar?
Para mí lo más importante sería sembrar tolerancia. Tenemos muchísimo por cambiar como país y como sociedad, pero pienso que lo más importante viene de nuestras cabezas, de lo que pasa por nuestras mentes. Una vez que entendamos que el cambio está en cada uno de nosotros seremos personas más tolerantes y nos respetaremos, primero como individuos y luego como sociedad.
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La belleza física es efímera ¿Qué hace usted para cultivar su belleza interna?
Lo primero que hago es mantener una relación muy cercana con Dios, esto me enriquece muchísimo espiritualmente. También me gusta leer; cada letra, cada línea de un libro es una nueva oportunidad para sorprendernos y para aprender, y yo soy como una esponjita, voy absorbiendo todo lo que puedo. También disfruto mucho ayudar a los demás; no puedo decir algo específico pero me encanta tener cada día o cuando se me presenta la oportunidad, ese momento que no necesitas compartir con el mundo pero que llena tu alma de gozo y satisfacción cuando aprecias una sonrisa y el motivo eres tú.
¿Qué es lo más difícil de convertirse en Miss y que quisiera cambiar?
Hay muchas cosas difíciles como por ejemplo el hecho de que pasas a ser una figura pública, expuesta a todo tipo de comentarios y a las tan temidas redes sociales; sin embargo pienso que es parte del proceso, yo todo lo veo como aprendizaje y como una oportunidad para mejorar. No quisiera cambiar nada, es un proceso fascinante que requiere disciplina, dedicación y compromiso, tres palabras que me encantan y me definen desde siempre.