[dropcap]“N[/dropcap]iña Rata”, “alien”, así le decían a Molly Bair en el colegio. Esta aficionada al tenis y que gustaba de vestir al mejor estilo Star Wars, jamás habría pensado que un día, yendo de compras, que un cazatalentos de la agencia The Society Management la ficharía para convertirla en una modelo de pasarela. Dos meses después, quien fuera también llamada “mantis religiosa”, se robaba las cámaras en desfiles de Chanel, Dior y Prada.
Esta estadounidense tiene apenas 17 años, pero una ingeniosa personalidad que se las trae. Aunque recién lleva una carrera en el modelaje desde julio del año pasado, las revistas especializadas ya la catalogan como la nueva Cara Delevingne, al ser parecidas con una actitud que aparenta importarle poco la compostura de señorita y las cejas abundantes.
Bair, de dacciones prominentes, y tras toda una vida de sentirse poco agraciada en los suburbios de Filadelfia, se convirtió en la estrella de los casting de al menos 35 marcas de moda, yendo de Nueva York a Milán, Londres y París, y probando sus habilidades para Prada, Gucci o Alexander McQueen, y desfilando para Loewe, Giambattista Valli, Chanel y Dior, y transformándose en la estrella de Karl Lagerfeld, vistiendo un traje de novia.
Según señaló El País, la exitosa modelo, aún recuerda que se sentía como un niño por su gran estatura y que le parece increíble que después de haber sido la niña con las cejas juntas y de lentes que iba al colegio, hoy aparezca en revistas como Vogue Italia. “Creo que ser modelo me ha abierto los ojos respecto a la belleza en general. Pienso que la belleza real proviene de lo único. Tenemos que dejar de pensar que todos tenemos que tener la piel o las pestañas perfectas. Ser feliz y estar seguro de uno mismo es genial”, indicó.
fin de cuentas lo que los demás piensen de ti es su asunto no el tuyo.. Así que si sufren por comentarios mírense en este espejo porque pudiera ser cualquiera de nosotros.