[dropcap]L[/dropcap]a actriz Angelina Jolie se removió los ovarios y las trompas de Falopio, en un intento de minimizar el riesgo de cáncer que la ha afectado por años. En un artículo publicado en el diario The New York Times, la también filántropa explica cómo decidió someterse a la intervención quirúrgica para hacer frente al alto riesgo familiar y genético que tiene de padecer cáncer.
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En 2013 Jolie reveló que se había sometido a una doble mastectomía preventiva, luego de que le confirmaron que contaba con una mutación en el gen BRCA1 el cual incrementa en 85% el riesgo de desarrollar cáncer de mama o de ovarios.
En su versión normal, el gen BRCA1 participa en la reparación del ADN de las células madre de los senos con otro grupo de proteínas.Pero la versión mutada de ese gen genera una “reparación sin control del ADN” que termina por dañar las células y desarrollar cánceres, de acuerdo con un estudio de 2008 del Centro Integral de Oncología del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan.
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Ahora, Jolie se sometió a una salpingo-ooforectomía bilateral, es decir, la remoción de ambos ovarios y de las trompas de Falopio. No es una histerectomía, ya que preservó su útero. A continuación te revelamos los datos básicos que debes conocer del procedimiento:
1. Sí funciona: Las mujeres que poseen el gen mutado BRCA1 y deciden que se les extirpen los ovarios tienen 77% menos riesgo de morir por cáncer seno, de ovario o en las trompas de falopio de acuerdo con un estudio dirigido por Steven Narod del Hospital de Mujeres del Colegio Amy Finch publicado en el Journal of Clinical Oncology. Para llegar a esta conclusión, Narod y su equipo analizaron a 5,783 mujeres que tenían la versión mutada del gen y se habían realizado la operación preventiva y formaron parte del Estudio Clínico de Cáncer de Ovario Hereditario que se realizó en Canadá, Estados Unidos, Polonia, Noruega, Austria, Francia e Italia. A todas esas mujeres se les hizo un seguimiento de 1995 a 2011 en dónde reportaban su historia reproductiva, su historia clínica, uso hormonal, así como su tasa de mortalidad.
En otro estudio publicado en el Journal of the National Cancer Institute, Timothy Rebbeck y sus colegas, analizaron 10 estudios y encontraron que esta cirugía otorga 79% menos riesgo de desarrollar cáncer de ovario o en las trompas de Falopio, y 51% menos riesgo de desarrollar cáncer de mama en las mujeres que tengan mutaciones en los genes BRCA1 o en el BRCA2.
2. Por qué tan joven: En el mismo estudio, Steven Narod encontró que si las mujeres se realizan la extirpación alrededor de los 35 años, el efecto protector se mantiene, pero si la retrasan hasta los 40 ó 50 años, el riesgo de desarrollar alguno de estos cánceres aumenta de 4 a 14.2%, respectivamente, reduciendo así el efecto protector.
3. Antecedentes familiares: Otra investigación realizada por las oncólogas Virginia Kaklamani de la Universidad Northwestern y Laura Esserman de la Universidad de California San Francisco concluyeron que las mujeres con familiares que desarrollaran cualquiera de estos cánceres deberían someterse a una prueba genética para detectar mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2.
Las investigadoras encontraron que cerca del 10 al 20% de los cánceres de ovario o de seno son producto de mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, pero sólo puede encontrarse el riesgo con estudios genéticos. Aún con el cáncer presente, detectar estas mutaciones puede ayudar a elegir mejores tratamientos, publicaron en el Journal of the American Medical Association.
4. Efectos secundarios: Como explica Angelina Jolie en su artículo, esta cirugía conlleva una aparición prematura de la menopausia, así como consecuencias en la salud cardiovascular y la salud ósea. Un estudio realizado por Anne Marie McCarthy del Hospital Johns Hopkins encontró que la densidad de minerales óseos disminuye entre las pacientes que se extirpan los ovarios antes de los 45 años en dos muestras de estudios nacionales que se realizaron de 1988 a 1994 como parte del Tercer Estudio Nacional de Salud y Examinbación Nutricional que incluyó a 3,660 mujeres y 4,039 mujeres diagnosticadas con artritis.
Los investigadores encontraron que 45.4% de las mujeres que se habían extirpado los ovarios tenían artritis en comparación con 32.1% de quienes padecían la enfermedad pero habían conservado sus ovarios.
5. Menopausia temprana: Un estudio de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania encontró que las mujeres con mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2 que se someten a una extirpación de ovarios pueden tomar la terapia hormonal de manera segura para mitigar los efectos de la menopausia, sin incrementar el riesgo de desarrollar cáncer de seno. Para llegar a esa conclusión siguieron a 795 mujeres con la mutación BRCA1 y 504 con la variable BRCA2 y presentaron sus resultados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica.
6. No todo es miel sobre hojuelas: A pesar de estos estudios, hay detractores sobre las bondades de someterse a una salpingo-ooforectomía bilateral e incluso a una histerectomíaa completa. William H. Parker médico del Instituto John Wayne de Cáncer del Centro de Salud Saint Jonh’s señala que hay pacientes que desarrollan cáncer aún con las cirugías, aunado a los efectos secundarios de osteoporosis, fractura de cadera, enfermedades coronarias y otras condiciones que merman la salud de las mujeres. Para Parker el extirparse el aparato reproductivo femenino en mujeres que no poseen ninguna de estas variables genéticas producen mayor mal en su salud.