[dropcap]¿U[/dropcap]na palabra para describir el último episodio de Glee? ¡Gracias!
Luego de seis temporadas, Ryan Murphy logró crear el final perfecto para la serie que por seis años hizo levantar millones de voces.
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Con más de dos horas de episodio, los miembros originales del Glee Club nos mostraron esos pequeños momentos que en la primera temporada nunca pudimos ver. Su ingreso al club, la manera en la que se conocieron y cómo lograron conectarse siendo todos tan distintos.
Un viaje al futuro fue la manera escogida para que los fanáticos supieran qué pasó con la vida de sus personajes favoritos. Mercedes, se convirtió en la telonera del nuevo show de Beyoncé; Blaine y Kurt, lograron crear obras de teatro en Broadway y ayudar a niños de la comunidad GLBTI; Sam, quedó al mando del nuevo New Directions; Mr. Shuster, finalmente obtuvo el cargo como Director de la ahora llamada «Escuela de Artes Mckinley High»; y Rachel Berry, la sorpresa de la noche, se casó con su ex amor Jesse (segunda temporada), tuvo un hijo y ganó su primer Tony.
Finn, interpretado por el fallecido Cory Monteith no podía faltar en el final. Durante la segunda parte del episodio, fueron muchas las referencias que se hicieron a su carisma y al peso que tuvo en la formación del grupo.
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Lágrimas, risas y canciones fueron el aderezo perfecto para ponerle fin a una historia que conquistó a nerds, gays, y millones de personas que se sentían diferente y necesitaban un programa que les dijera «¡Estamos contigo!».