[dropcap]E[/dropcap]l de Venecia es, de lejos, el Carnaval más famoso del mundo. Y lo es, en gran parte, por su estética: esto es Europa, aquí no hay sambódromos, pero sí hay trajes de época. Y qué trajes. Qué elegancia. Qué materiales. Los venecianos pueden gastarse miles de euros en el atuendo que van a lucir durante los diez días que dura esta fiesta callejera (este año, se prolonga hasta el martes 17). Porque adoran ser fotografiados.
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La máscara es el accesorio estrella de unos estilismos inspirados en el siglo XVII, cuando el carnaval estaba a punto de vivir su momento de esplendor, y cuando acudían hasta la ciudad de los canales aristócratas de toda Europa para participar de la fiesta. También para perderse en ella: porque las máscaras daban esa facilidad, la de escabullirse del control oficial.
Hoy miramos esas máscaras y, además de su belleza, no pueden dejar de resultarnos… cómo decirlo… ¿turbadoras? ¿inquietantes? ¿terroríficas? Mira (y siente) tú mismo en estas imágenes:
