[dropcap]C[/dropcap]on el mes de febrero ya arrancado, en el calendario surge una cita ineludible: carnaval. La celebración que mejor encarna el concepto de fiesta se celebra por todos los rincones del mundo, aunque de formas muy distintas. Generalmente, tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana, con fecha variable (entre febrero y marzo según el año). Se celebra principalmente en países de tradición católica aunque su origen es pagano. Es una reivindicación de la buena vida: comer y beber en abundancia. Estos son los cinco mejores carnavales del mundo y los cinco mejores por descubrir.
Conocidos
Rio de Janeiro. La fiesta por excelencia que ha dado lugar a miles de réplicas por todo el mundo. El origen de la celebración no está claro aunque probablemente nazca de la mezcla de culturas entre esclavos africanos y conquistadores portugueses. ¿Qué se ofrece por las calles de Rio de Janeiro? Bailar y cantar aunque el espíritu festivo también tiene un un carácter competitivo y cada bloco o pasacalle compite en color y brillantez en sus disfraces para convertirse en la banda de calle más popular. La música, concretamente la samba, junto a mujeres espectaculares casi desnudas son las señas de identidad del carnaval más sensual del mundo.
Venecia. Posiblemente el carnaval con más encanto del mundo. Se sitúa a las antípodas del de Rio de Janeiro en cuanto a descaro, pero sin duda su misterio compensa de sobras. Lo que en otros lugares es charanga, bullicio y estruendo, en Venecia se convierte, como la propia ciudad, en serenidad, elegancia, armonía. Es el momento y el lugar perfecto para aislarse del mundo. Este año, la fiesta se desarrolla bajo el lema «La Fiesta más golosa del mundo», y durante la misma se quiere hacer hincapié en la importancia de la enogastronomía.
Colonia. Los alemanes son metódicos hasta con el carnaval. La fiesta de Colonia arranca tres meses antes de lo que debería, el 11 de noviembre, en el Alter Markt. Todo son preparativos para pasarlo bien a partir de febrero. La semana comienza el jueves con el Weiberfastnacht, día en el que las mujeres asumen el rol principal de las fiestas tras recibir las llaves de la ciudad de manos del alcalde. No obstante, el día cumbre es el Rosenmontag (lunes del carnaval), día en el que decenas de cabalgatas inspiradas en diferentes motivos desfilan en un recorrido a través de sus calles al ritmo de las típicas canciones carnavaleras bajo el lema «Kölle Alaaf», que viene a significar «Colonia es de todos» en la antigua lengua local, el Kölsch.
Tenerife. Uno de los carnavales más famosos de España. Declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional, y en permanente rivalidad con el de Gran Canaria, aspira como el de Cádiz a convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Con rasgos muy similares al de Rio de Janeiro, esta fiesta añade un ingrediente el humor. Las numerosas comparsas y murgas se suceden durante días, culminando el martes de carnaval, cuando tiene lugar el Gran Coso Apoteosis, un gran desfile que se remonta a principios del siglo pasado, en el que participa todo el mundo, con las reinas como principales protagonistas.
Cádiz. El ingenio, el sentido del humor y la gracia de los gaditanos de pone de relieve más que nunca durante los carnavales. La ciudad se vuelca en organizar y disfrutar de una fiesta que también está considerada Fiesta de Interés Turístico Internacional. La mordacidad de las chirigotas, las composiciones musicales que año tras año repasan los temas más candentes, y la espectacularidad de los disfraces –conocidos popularmente como tipos– convierten el carnaval de Cádiz en uno de los más originales y divertidos del mundo.
Por conocer
Madeira. El vecino Portugal también sabe organizar una fiesta de aúpa. Sobre todo, en la pequeña isla de Madeira. Funchal amanece el viernes al son de bandas filarmónicas y desfiles carnavalescos que llevan la buena disposición a toda la parte baja de la ciudad, continuando por la noche con espectáculos en la Plaza del Municipio durante cinco días consecutivos.
Mohács. Cientos de hombres disfrazados de criaturas horribles recorren las calles de Mohács, en Hungría, durante el Carnaval. Seguramente no consigan asustar a nadie, como tampoco lo consiguieron hace cinco siglos. Los habitantes de esta ciudad intentaron sorprender a las tropas otomanas que asediaban el país en 1526 con sus horribles vestimenta. Nos sirvió de nada. Perdieron la trascendental batalla y así comenzó la ocupación turca que duró 150 años. En sus inicios, este carnaval era una fiesta tradicional de la minoría croata de Mohács, pero hoy se ha convertido en un emblema de toda la ciudad y en una conmemoración de los grandes acontecimientos de su pasado.
Maastricht. El carnaval de Maastricht es una de las mayores fiestas de los Países Bajos, con celebraciones callejeras, un gran desfile, bandas en vivo y DJs, además de un sinfín de caras felices. Los magníficos trajes son una de las características más impresionantes del carnaval. Muchas familias pasan meses preparando trajes extraños y maravillosos, y todo el mundo se viste de gala. En Holanda hay dos tipos de carnavales, el carnaval típico y el carnaval bourgondisch que tiene lugar en Renania y que se asemeja mucho a carnavales como el de Colonia o el qu se celebra en el sur de los Países Bajos. El carnaval en Maastricht es especial ya que es una combinación de ambos.
Águilas. Éste carnaval tiene muchos alicientes pero hay uno que destaca por encima de otros: probar la Cuerva. Se trata de una bebida que se elabora con todos los licores sobrantes de las cercanas fiestas de Navidad que suelen incluir, como mínimo, tequila, coñac, whisky, ginebra, vodka, vermut y varios tipos de vinos. Para suavizarlo se añaden refrescos, gaseosas, azúcar y fruta. Si sobrevive a ella, disfrutará de una fiesta que toma este pueblo murciano dos veces al año. Sí, la primera se celebra como todos en vísperas de Cuaresma, pero desde hace pocos años también tiene lugar en pleno verano, a principios de agosto.
Sitges. La vertiente gay de este carnaval lo convierte en uno de los más importantes del mundo. El carnaval tiene que ser la fiesta más salvaje de Sitges. A pesar de que es en febrero, sigue siendo la fiesta más caliente de la ciudad. En los días más populares se encuentran a más de 300.000 asistentes bailando en las calles principales de todo el pueblo.
¡Que comience la fiesta!