[dropcap]E[/dropcap]l cine venezolano tiene una partida de nacimiento. Su historia se remonta a aquel 28 de enero de 1897 en Maracaibo, cuando se realizó la primera proyección de películas venezolanas Un Célebre Especialista Sacando Muelas en el Gran Hotel Europa y Muchachos Bañándose en la Laguna de Maracaibo, dirigidos por Manuel Trujillo Durán.
No hay duda de que si algo distingue al cine nacional es su vocación social u orientación sociológica. A lo largo de sus 118 años han abundando personajes emblemáticos como: el malandro, el sifrino, la secretaria, el policía, el indigente, el rebelde, entre otros, quienes reflejan una realidad socio-política que en una época se convirtieron en el núcleo argumental del cine local. Sin embargo, durante los últimos tres años los cineastas han tratado de deslastrarse de este eje argumental, abriéndose a otros temas que muestran el inicio una evolución que apenas comienza. Y a esto lo respalda el éxito que vive internacionalmente.
Flashback
A pesar de haber sido el año 1975 cuando el Gobierno venezolano inició el financiamiento a la industria cinematográfica, el cine venezolano marcó una importante evolución desde sus inicios a finales del siglo XIX. La década de los 90 marcó un antes y un después con la creación de la Cinemateca Nacional, pero sin lugar a dudas el surgimiento de la Fundación Villa del Cine en 2006 catapultó las producciones al mercado internacional, haciendo que los venezolanos quieran ver más de la producción local.
Haciendo un flashback, durante la época de oro del cine venezolano (70 y 80), el séptimo arte dio luz a El Pez que Fuma (1977), de Román Chalbaud, una de las creaciones que se ha mantenido por generaciones en el recuerdo de los venezolanos, al menos según una encuesta realizada por la Fundación de Cinemateca Nacional en 2009 y publicada en el portal Universia, donde ocupa el primer lugar de una lista conformada por 30 cintas. Jericó (1991), de Luis Alberto Lamata, tomó el segundo lugar y tras ella Macu, la Mujer del Policía (1987) de Solveig Hoogesteijn.
Con más de 100 largometrajes, los años 80 condensaron la mayor producción en la historia del cine nacional y fue la época en la que se registró el mayor número de espectadores de películas criollas. Según datos de Cameo Marketing, solo en el año 1986 asistieron a las salas cuatro millones 139 mil 346 personas, cifra gigantesca si se compara con las 77 mil que ocuparon las butacas en 1994. Después de aquellos cuatro millones de espectadores que se registraron en el 86 y del declive en los años 90, el público vuelve a las salas para ver cine venezolano.
Récord en taquilla
- Papita, Maní, Tostón de Luis Carlos Hueck (2013). 1.350.000 espectadores
- Homicidio Culposo de César Bolívar (1984). 1.335.252 espectadores
- Macu, la Mujer del Policía de Solveig Hoogesteijn (1987) 1.174.226 espectadores
Haciendo Historia
Premio Goya
Azul y no tan Rosa. Miguel Ferrari (ganador 2014): «Uno tiene que hacer lo que uno quiere hacer y no lo que los demás esperan que haga, es un poquito mi filosofía de vida».
La Distancia más Larga. Claudia Pinto (nominada 2015): «Mi primer contacto con el público venezolano fue muy grato y fue en el Teatro Baralt».
Cerca del Óscar
Libertador. Alberto Arvelo: «El cine nacional dio un paso histórico. Llegamos adonde nunca habíamos llegado».
Concha de Oro en San Sebastián
Pelo Malo. Mariana Rondón (ganadora 2014): «El galardón nos abrió puertas de respeto, de apoyo a un proceso cinematográfico en crecimiento».
¿Sabías Qué?
En el 2014, el cine nacional superó los cuatro millones de espectadores, convirtiéndose en el año con mayor número de asistencia de público. En 1986 se registraron cuatro millones 119 mil 393 espectadores. Este hecho coloca actualmente a Venezuela como el país de América Latina donde se ven más filmes locales, con un 16,44 por ciento de la cuota de mercado.