[dropcap]E[/dropcap]l actor Roberto Gómez Bolaños, creador de personajes entrañables para la televisión en México como ‘El Chavo del ocho’ y ‘El Chapilín Colorado’, falleció hoy a los 85 años de edad, confirmó hoy Joaquín López-Dóriga, colaborador de Milenio.
Con más de 40 años de carrera artística ‘Chespirito’, fue el máximo representante de nuestro país y América Latina como guionista de televisión. Antes de convertirse en actor fue boxeador amateur; también se tituló como arquitecto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), profesión que nunca ejerció.
Bolaños nació el 21 de diciembre de 1929 en la Ciudad de México. Estudió ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero nunca se graduó. A lo largo de su vida se desempeñó como actor, comediante, escritor, dramaturgo, guionista, compositor, director y productor de televisión.
En los primeros años de su vida laboral fue creativo en agencias publicitarias. Su trabajo en el área del entretenimiento comenzó en la década de los cincuenta, cuando se desempeñó como guionista de varias películas y programas televisivos, principalmente para la pareja de cómicos Viruta y Capulina.
Gracias a su talento para escribir y a su corta estatura, el director cinematográfico Agustín P. Delgado lo apodó “Chespirito”, haciendo referencia a William Shakespeare.
En 1968, Televisión Independiente de México le dio la oportunidad de escribir y dirigir un programa de media hora a su antojo. Así inició el programa “Los Supergenios de la Mesa Cuadrada” y su carrera como actor. En 1970 su espacio televisivo aumentó a una hora y surgió el personaje del Chapulín Colorado. Un año después haría su aparición el Chavo del Ocho.
Después surgieron más programas y personajes como El Doctor Chapatín, El Chompiras o Chaparrón Bonaparte.
Acompañado de un grupo de actores integrado por Carlos Villagrán, Ramón Valdés, Florinda Meza, Rubén Aguirre, Édgar Vivar, Angelines Fernández, Raúl Padilla, Horacio Gómez Bolaños y María Antonieta de las Nieves, sus programas tuvieron gran éxito no sólo en México sino en todo el mundo de habla hispana.
Las 10 mejores frases de Chespirito
1. Fue sin querer queriendo… o así decía el Chavo del 8 cada vez que lo regañaban.
2. Se me chispoteó… Es un verbo que no reconoce la Real Academia de la Lengua Española pero que el mismo Roberto Gómez Bolaños incluyó en el lenguaje de los mexicanos cada vez que dicen algo inoportuno, tal como era el Chavo del 8.
3. Para qué te digo que no si sí. Si Cantinflas puso un estilo de hablar enredado y sin sentido, Chespirito lo plasma en las frases de algunos de sus personajes como la Chimoltrufia y el Chómpiras.
4. «Popularidad es el número de personas que te conocen y te siguen y van a ver tus cosas y Cantinflas no estuvo en la televisión y por tanto ni de casualidad se me puede acercar», dijo Gómez Bolaños en 2003 al considerarse más grande que el llamado Mimo de México.
5. Más rápido que una tortuga, más fuerte que un ratón, más noble que una lechuga, su escudo es un corazón. Así comenzaba el programa del Chapulín Colorado, el «superhéroe» más famoso de la televisión mexicana.
6. ¡Síganme los buenos! En la década de 1970 no existía todavía el Twitter pero el Chapulín Colorado ya le pedía a los televidentes que lo siguieran, pero solo los que fueran buenos como él porque en sus aventuras el bien siempre ganaba.
7. No contaban con mi astucia. Aunque era torpe al actuar, elChapulín Colorado terminaba por vencer a los villanos y al salirse con la suya remataba con esa frase.
8. Que no panda el cúnico. Y si a Chespirito era experto para poner a cantinflear a sus personajes, porqué no jugar con las palabras como lo hacía con el Chapulín.
9. Silencio, mis antenitas de vinil están detectando la presencia del enemigo. No solo la astucia era el arma del Chapulín Colorado sino sus antenitas que servían como sensores y se movían de una manera peculiar.
10. ¿Sabías que la gente sigue diciendo que tú y yo estamos locos? Tantos personajes pudieron volver loco a Roberto Gómez Bolaños —que era algo parecido al cenzontle o pájaro de las mil voces— pero los únicos locos eran los Chifladitos: Lucas Tañeda y Chaparrón Bonaparte, que hacían reír por sus sketches sin sentido.