[dropcap]C[/dropcap]usto Barcelona vuelve a llenar la pasarela neoyorquina de color, pero a sus alegres estampados, vibrantes combinaciones de texturas y tonos se suma la sensualidad de prendas con estratégicas aberturas que dejan al descubierto los encantos femeninos como nos tienen acostumbrados. «Queríamos enseñar la piel a través de la ropa», dice el diseñador español, «ver cuanta más piel mejor. Que las prendas fueran un ligero camuflaje de color».
El maquillaje del desfile fue obra del artista de Maybelline Gato. «Es un maquillaje muy angelical, casi parecen novias», dice el maquillador. «La colección es muy sexy y buscabamos el contraste con una piel muy transparente, muy pura, las cejas con el grueso natural de una adolescente y un eyeliner rosa clarito brillante, muy fresco».
Rica se encargó de las uñas, «queríamos que el color de las uñas fuese un bold statement sobre los colores de la ropa», explica la artista de Maybelline, «las de los pies son de un blanco muy brillante, rebajado para las manos».
El estilista Duffy se propuso crear una silueta fuerte que unificase a las modelos, como si quisiera que todas pareciesen la misma, para dejar que la ropa fuese la única protagonista. Para ello hizo una sencilla cola con textura. «La clave es recoger el cabello en una coleta, aplicar producto hasta conseguir que el pelo se quede en esa estructura y se pueda cortar el elástico», explica Duffy, quien para los hombres apostó por repeinar todo el cabello hacia atrás.
