[dropcap]A[/dropcap] pesar de las fiestas a las que ha asistido, y su visita a la isla de Ibiza, parece que el verano de Justin Bieber se ha ido torciendo por momentos. Después de su pelea con el actor Orlando Bloom en España, el cantante quiso despejarse en la casa de su padre en Canadá. Sin embargo, allí volvió a ser arrestado por segunda vez, acusado de conducción temeraria. Tal fue la situación, que Justin acabó entre rejas.
Un par de días después, el artista salía de la cárcel quejándose de un fuerte dolor en la muñeca, por lo que fue trasladado al hospital, aunque aún se desconoce si su origen fue una pelea con algún preso o una excusa para no permanecer más tiempo entre las paredes de cemento.
Una sucesión de hechos negativos que han rodeado al joven canadiense durante todas sus vacaciones. Sin embargo, parece que toda esa mala suerte se ha dado la vuelta, y al menos, en el amor, la vida le sonríe.
Un fin de semana, el artista decidió dejar todas «las tonterías» de lado y se acercó a una reunión en la iglesia donde se encontró con una voluptuosa Selena Gomez con nueva talla de escote. Allí hablaron y uno de ellos subió su encuentro a la red, pero al cabo de las horas decidieron quitarla, disfrutar de un tiempo juntos y de nuevo, darse una oportunidad. La actriz y cantante, a pesar de las idas y venidas de Bieber, parece no sacarse al que fuera su novio de la cabeza y una vez más ha querido conducir a Justin por el buen camino… aunque ya acabara ingresada en un centro por no sobrellevar la ruptura con el cantante de Baby.
Según fuentes cercanas de ambos, la exchica Disney volvió con Justin pero con la condición de tener un anillo en su dedo. Selena está segura de que seguirá jugando con ella a no ser que se comprometan. Y aunque no se haya visto aún el anillo en ningún dedo de la cantante, sí se han dado otra oportunidad, lo que indica que Justin aceptó el requisito.