[dropcap]S[/dropcap]i la abdicación ni la vida en extremo reservada que lleva desde que dejó el trono le permiten Juan Carlos de Borbón escapar de los escándalos que marcaron sus últimos años como rey de España.
El diario italiano La Repubblica publicó ayer que la Casa Real prevé confirmar en breve el divorcio del monarca jubilado de su esposa, la reina Sofía de Grecia, lo que confirmaría una «separación de hecho» que se había ocultado hasta ahora por razones políticas.
Si bien el Palacio de la Zarzuela evitó reaccionar al artículo -que cita fuentes anónimas ligadas a la monarquía-, hace tiempo que circulan en España versiones de una posible ruptura de los padres de Felipe VI.
Hay datos objetivos para alimentar las especulaciones. Juan Carlos y Sofía no volvieron a mostrarse juntos desde el 19 de junio, día en que su hijo asumió la corona. Por primera vez en años el rey emérito, de 76 años, no fue a pasar las vacaciones de verano al Palacio Marivent, en Palma de Mallorca, donde sí se instaló su esposa.
El diario italiano argumenta que Sofía «ha aguantado en silencio las infidelidades de su marido; ahora ya no hay necesidad de esconder la realidad», al haber dejado de ser los máximos representantes del Estado.
Se refiere así a la supuesta relación de Juan Carlos I con la aristócrata y lobbista alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, 26 años menor que él. Ese romance habría terminado hace dos años, cuando se agravaron los problemas de salud del rey tras romperse la cadera en una cacería en África.
Desde que terminó su reinado, Juan Carlos se recluyó en el Palacio de la Zarzuela, limitó al máximo su vida social e intensificó la rehabilitación para recuperar del todo la movilidad.
Pasó casi dos meses sin aparecer en público, hasta que el 8 de agosto representó a su hijo en el acto inaugural del segundo período presidencial de Juan Manuel Santos en Colombia. El sábado pasado asistió en Granada al debut de la selección española en el Mundial de básquetbol. Fue, otra vez, solo.
La primera vez que había surgido el rumor de un divorcio fue a principios de 2013. Publicaciones no desmentidas decían que el rey quería romper su matrimonio y formalizar la relación con Corinna, pero que fue disuadido por el presidente, Mariano Rajoy, por temor al efecto que eso tendría en la imagen de la corona.
Juan Carlos dejó el trono en el peor momento de su popularidad, afectado por el escándalo amoroso y por el caso de corrupción con fondos públicos que involucra a su hija Cristina y a su yerno Iñaki Urdangarin.
Lejos del trono, su nombre sigue ligado a la polémica, como la que se abrió con la demanda de paternidad que presentaron contra él dos personas que alegan ser sus hijos extramatrimoniales y que, ahora sin la inmunidad que beneficia a los monarcas, debe ser analizada por el Tribunal Supremo..